¿Qué le inspiró a escribir, participar o coordinar este libro?

El marcado contraste entre la fe y la cultura predominante, lo políticamente correcto, me emplazó a escribir esta obra. Comprobar cómo la fe, cuando se hace vida y se encarna en la existencia personal, tiene que abrirse camino, a través de un mundo que tantas veces se rige por criterios opuestos y hostiles a ella. Descubrir cómo, en un análisis positivo, el esfuerzo por vivir conforme a los lineamientos que nos marca la fe, contribuye a sanar a un mundo enfermo de individualismo egoísta. Todo ello supuso como un revulsivo que me impulsaba a escribir, abordando los diversos temas de distopía.

Familia, Feminismo, Aborto, Eutanasia, Sexualidad, Ateísmo y Esperanza son los temas que jalonan el compás del libro, y son algunos de los puntos más álgidos en nuestra sociedad. Requieren, en consecuencia, un abordaje desde una mente cristiana; afrontarlos con cabeza católica; eso es lo que el libro intenta hacer y sólo el amable lector juzgará si consiguió su objetivo.

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¿Cómo fue su experiencia trabajando con Editorial NUN durante el proceso de edición y publicación?

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Fue una grata experiencia donde pude palpar el interés de la editorial por el libro y las ideas que contiene, de forma que hacíamos sinergia para conseguir un producto que fuera el ideal para transmitir un mensaje, tan urgente como importante, en la sociedad contemporánea. La editorial estaba a la altura del mensaje que se buscaba transmitir y puso todo su expertise al servicio de la obra y su contenido. El resultado fue un libro de calidad elaborado con profesionalidad. Indudablemente que el buen entendimiento entre autor y editor jugó un papel decisivo en la elaboración de un producto de calidad, que transmite un potente mensaje al cristiano corriente, que vive en medio de un mundo neopagano y de una cultura ácidamente secularizada.

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¿Qué impacto espera que tenga su obra en los lectores?

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Espero que les ayude a reflexionar en clave cristiana sobre las diversas crisis que enfrenta la sociedad actual. Quisiera crear conciencia sobre el inmenso costo humano que supone el abandono de la fe en una sociedad secularizada. Mostrar cómo, olvidándonos de Dios y relegándolo exclusivamente al ámbito de la conciencia, los que salimos perdiendo somos nosotros, los ciudadanos de una sociedad enferma. Quiere, por eso mismo, devolver a los cristianos el orgullo de su fe y de los valores que encarna, mostrando cómo, de fondo, la sociedad está sedienta de ellos, pero ha perdido la llave que permite recuperarlos. No es, en definitiva, un mero ejercicio de queja lastimera donde “cualquier tiempo pasado fue mejor”; más bien se trata de una invitación a vivir de forma coherente con la fe en el seno de una sociedad desafiante. En este sentido, el texto es propositivo y muestra cómo vale la pena encarnar el ideal de vivir de forma coherente con la fe en el seno de nuestra sociedad enferma.

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¿Cómo ha cambiado su vida profesional o personal tras la publicación de su libro?

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De hecho, me ha confirmado en mi trayectoria personal como escritor. Cada nuevo libro, de alguna forma, es como un “hijo espiritual”, que te costó trabajo sacar adelante y que te ofrece una visión más amplia de la realidad y del mundo en el que vives. En este sentido “Distopía” ha sido un hito en mi proceso personal como escritor. Al mismo tiempo, con su publicación comprendí, con una luz nueva, cómo es diverso el trabajo de escribir un libro, del editarlo y del venderlo. Si lo primero lo hice yo, lo segundo lo ha hecho la editorial, y por eso el resultado final es fruto del trabajo en equipo.

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