• La persona en la empresa y la empresa en la persona

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    Cuando pensamos en la empresa, pensamos en una institución que está hecha para “ganar dinero” para “hacer negocio” y es verdad; ese es uno de sus objetivos. Sin embargo, no es el único. Su misión se complementa con muchas otras que le dan un sentido antropológico que es capaz de recoger y enaltecer este fin económico tan importante. Hay también otra realidad muy importante y cada vez más evidente: las empresas son lugares donde las personas “crecen”, se “desarrollan”. Al trabajar en una empresa, las personas aprenden, y esto las mejora, no sólo en aspectos “administrativos”; también, si la empresa se lo propone, quienes en ella laboran adquieren virtudes, esos hábitos operativos buenos que se trasminan a toda su persona, como pueden ser la laboriosidad, el orden, la amabilidad, la paciencia, la responsabilidad, etc. Podemos considerar entonces a la empresa como un lugar de creación de valor para las personas, y así como los economistas hablan de “Valor económico agregado”, que no es otra cosa que la creación de riqueza en una empresa, también es posible hablar de “Valor Humano Agregado”, esa mejora que se da en las personas cuando trabajan bien en la empresa; el trabajo bien hecho que transita no sólo hacia el objeto, bien o servicio producido, sino hacia la misma persona que lo produce. Este libro aborda el tema de la persona en la empresa desde un enfoque antropológico (centrado en la persona), utilizando fundamentos de filosofía clásica, y con el objetivo de contribuir a un mejor entendimiento de esta institución, la empresa, relativamente reciente, pero que de una manera muy eficaz colabora en el combate a la pobreza y el aumento del bienestar. Quizá por eso la sociedad, cansada de ideologías que no han dado resultado, o de promesas electorales incumplidas, vuelve sus ojos a la empresa, poniendo en ella sus esperanzas de una vida mejor, un reto que la empresa no solicitó, pero tiene que afrontar.La persona en la empresa; es considerar a la persona como elemento esencial en el cumplimiento de los objetivos de la empresa, especialmente en la actual economía del conocimiento, donde los principales activos creadores de riqueza (a diferencia de épocas anteriores) son las personas. Pero también la empresa en la persona considera a la empresa como catalizador, como sistema que, bien orientado, permitirá que la persona crezca y se desarrolle, añadiendo valor no solamente económico, sino también humano.

    Páginas: 204.

    Autor: Carlos Ruíz González

    DOI: doi.org/10.59868/1938150407837851